¿Qué beneficios podría acercar la meditación al ámbito del deporte? (parte II), por Marcial Perez
Entre los aspectos más destacados que un deportista obtiene de la meditación, podríamos citar: foco y concentración, reducción de fatiga cognitiva, confianza y optimismo, una amplia integración, coordinación y maestría entre cuerpo y mente, un mayor poder de percepción e intuición que resulta en la posibilidad de anticiparse, mayor energía y vitalidad, relajación, alivio de estrés y bienestar general.
La adrenalina que todo deportista necesita para impulsar su cuerpo donde el desafío imponga, no debe ser excesiva como para que dificulte la expresión de las facultades cognitivas que lo lleven a percibir y a decidir con inteligencia. Frecuentemente privilegiamos la energía que desarrollamos pero poco hablamos de la optimización de aquella y su administración oportuna subordinada a una mente clara. “El fútbol no es cuestión de poner huevos” diría Lionel Messi (discúlpese la expresión chabacana).
El fútbol y el deporte en general requieren de cerebro, inclusive aquellas expresiones que parecieran menos demandantes de técnica y táctica. Los seres humanos más fuertes, que se destacan en pruebas de levantamiento de objetos pesados, arrastre de camiones y exóticas formas de demostración de poder físico, han sido sometidos a escáneres cerebrales en los que ha quedado evidenciado su llamativa capacidad de activar mayores áreas cerebrales que los menos fuertes. ¿Fuerza bruta? Más bien cerebro eficiente diría yo. Un cerebro que administre técnica, táctica, decisiones, movimiento y gestión de las emociones. Todo esto mientras maximiza su energía a lo largo de todo un encuentro deportivo, sin fatigarse cognitiva ni físicamente de manera prematura. Y si de evitar la fatiga se trata, le traemos un término muy en boga: ‘la fatiga cognitiva es analizada desde hace tiempo en el ámbito de la ciencia y, en particular, en el terreno de la psicología cognitiva, la laboral, el aprendizaje y el deporte. La fatiga cognitiva se deriva de la complejidad o dificultad de una tarea, por ejemplo, por la interacción de muchos elementos a la vez. También se produce cuando el sujeto se enfrenta a situaciones de demanda emocional o de estrés elevado, con desafíos crecientes y mucha incertidumbre…’
En el alto rendimiento deportivo, el objetivo es que la aparición de la fatiga cognitivo o mental se retrase o mejor aún, que no aparezca durante la competencia. “Cuando hablamos de intensidad, hablamos de intensidad de concentración, porque jugar es fundamentalmente pensar y pensar exige concentración. Y si hablamos de un juego de calidad, hablamos de pensar teniendo en cuenta un referente colectivo -determinados principios de juego- y eso exige aún más concentración. No es por eso de extrañar que la fatiga táctica (cognitiva) surja antes que la fatiga física.” (Rui Faria, preparador físico del Real Madrid).
La fatiga cognitiva se relaciona con el dolor que se manifiesta en la activación de redes neurales especializadas, convenciendo al portador de una aparente fatiga física y desanimándolo a continuar con el esfuerzo físico y de concentración.
Existen referencias importantes de la aplicación de la meditación en el deporte. Por caso, George Mumford es un especialista en Mindfulness aplicada al entrenamiento de deportistas. Trabajó con el equipo de Los Angeles Lakers y en los Boston Celtics a solicitud del gran Phil Jackson. Michael Jordan, LeBron James o Kobe Bryant son sólo algunos de los deportistas que han expresado los beneficios que Mumford y sus métodos les han brindado para su juego. En otros deportes, Deena Kastor, Medallista Olímpica de maratón, Ginger Huber, clavadista de grandes alturas, Amy Beisel y Shaina Powless, ciclistas de montaña, también son habituales practicantes de mindfulness, lo que les ha otorgado una gran capacidad de concentración y de la gestión de las emociones que podrían limitar su máximo potencial cognitivo y motor. Y la lista de deportistas practicantes continúa creciendo año a año. ¿Por qué algunos deportistas e instituciones se han animado a transitar este camino de desarrollo mental mientras que la mayoría aún no lo ha adoptado? En tiempos de gran difusión de los hallazgos de las ciencias del cerebro, no ha sido posible establecer puentes amplios, confiables y atractivos para que la más amplia comunidad del deporte se animara a meditar. Sólo los que profundizaron en el tema fueron capaces de detectar estos métodos milenarios aggiornados a estos tiempos para ampliar el mundo de capacidades de los deportistas.
Existen tres formas de meditación comunes ampliamente difundidas en todo el mundo y practicadas por pacientes en hospitales, estudiantes y deportistas. Se trata de la atención focalizada, centrada en la respiración, la consciencia plena, que no prejuzga los pensamientos y sensaciones del cuerpo, y la compasión, que cultiva un sentimiento de bondad hacia otras personas cuando nos ponemos en el lugar del otro.
La práctica de la meditación requiere conocer el método y ser perseverante. El guía de meditación será fundamental en los primeros tiempos hasta que ya se sienta con confianza de hacerlo por sí solo. Puede practicarse en cualquier lugar, a todo momento y durante al menos unos 10 a 15 minutos continuos y diarios. Con eso será suficiente mientras poco a poco el practicante se anime a incrementar los tiempos según la necesidad. La pereza muchas veces nos dirá que hoy no tenemos tiempo y mañana sí, pero será cuestión de planificar un horario para asegurarse que ninguna excusa de la mente nos engañe. La innovación consiste en vincular diferentes disciplinas para dar lugar a nuevas respuestas a viejos problemas. Quizás esta sea la razón por la que unos pocos han adoptado la meditación proponiéndose ser verdaderamente distintos. Conectar viejas prácticas de oriente con los nuevos desafíos de occidente no es sencillo. Inténtelo, tienda puentes, los resultados marcarán diferencias.