ENTRISTECERSE PARA RENOVAR FUERZAS, por Marcial Perez
Las repetidas experiencias de fallos nos llevan a pensar que no es posible atribuir un esfuerzo a un logro porque han dejado de conectarse.
La resignación se aprende nos dice Martin Seligman. Hagamos lo que hagamos de nada sirve. El experimentó con animales, pero funciona igual con los humanos. Es entendible puesto que ambos compartimos un cerebro emocional donde se arraiga esa creencia de lo imposible. Sin embargo, tenemos tambièn muchas grandes historias de perseverancia que siempre tuvieron un intento más para alcanzar el éxito. ¿Cómo saber cuando hay que desistir o continuar? ¿Y si la meta está a la vuelta de un último intento? En estos casos lo mejor es no apresurarse. Nunca decidir cosas importantes en momentos de un pico de emoción. Claro, a menos que se trate de correr porque nos come el dragón. Pero en general hay tiempo, los dragones viven en nuestro imaginario. En todo caso, lo mejor será asegurarse quienes somos y qué tiene que ver con nosotros el objetivo elegido. Elegir las batallas que vamos a pelear. Y más significativo aún será confirmar que sentimos pasión en ese recorrido. El valor de la pasión con el que nos entregamos a un emprendimiento por sobre sus resultados nos dará una mejor ubicuidad. Todos queremos resultados en lo que hacemos, pero el final de la vida se marca con la muerte y no por ellos dejamos de esperanzarnos cada día con una nueva aventura. ¿Como abandonar el camino en el que fluye nuestra identidad, ese trayecto que construye nuestro yo más puro a cada momento? Quizás sea cuestión de modificar el objetivo, el lugar o esperar otro momento. Quizás debamos escribir otra historia pero si en esta vida ya hemos elegido quienes queremos ser, ¿cómo abandonarnos? Y si una puerta debe ser cerrada, otra se abrirá para dar paso a la continuidad de nuestros sueños. Los grandes logros tienen detrás personas que perseveran, que nunca caen, que se entristecen solo para tomar renovadas fuerzas durante el duelo. Y si el proyecto es propio, más control podremos ejercer para remodelarlo a voluntad. Los capítulos terminan dando lugar uno próximo que, quizás, resulte ser el mejor de esta novela. Cerebro Deportivo.