ENTRENAR LA MENTE PARA DECIDIR CON CREATIVIDAD, por Marcial Perez
Hay en el cerebro un conjunto sofisticado de recursos que producen intenciones, decisiones y acciones motoras. Estos productos determinan nuestros actos y nos definen como individuos.
Si preguntamos a un científico cuál es su principal recurso de trabajo, nos contestará que, o bien una computadora o algún sofisticado equipo electrónico o instrumentos de medición. Si se trata de un artista del pincel, podrá argumentar que una tela y las pinturas, claramente lo son. Un escultor nos hablará del cincel y de una roca, un cirujano del bisturí y de un sistema de imágenes que reflejan el área corporal de su intervención, un electricista de pinzas, tester y cable, un entrenador de sus deportistas.
En todos estos casos, tendemos a definir con nuestra mente, que los recursos para la creación son externos a nosotros los humanos. Claro, es difícil pensar que desde la propia mente podríamos evaluar que hay en ella algún recurso adicional a los exógenos,(esto lo dijo Humberto Maturana hace mucho ya) a menos que mediante la meta cognición recurramos a la conciencia para elevarnos un poco del sustrato que la contiene y nos detengamos a observarla.
La cuestión es que hay en el cerebro un conjunto sofisticado de recursos que producen intenciones, decisiones y acciones motoras. Estos productos determinan nuestros actos y nos definen como individuos. La calidad de esos recursos neurales incide plenamente en los resultados que alcancemos, más allá del uso que de la tecnología hagamos.
¿De qué sirve el mejor dispositivo tecnológico si la mente que lo usa no lo aprovecha de la manera más eficiente y óptima, o si no diseña un buen experimento? Y aquí cabe preguntarse si es posible mejorar el rendimiento mental. Y más aún, ¿cómo lo haríamos posible? Si, ya sé que estará preguntándose, ¿otra vez con este asunto de las neurociencias? Y si, ¿Qué otro camino podríamos transitar para mejorar la calidad del funcionamiento de nuestra mente?
Para que nuestras decisiones sean de calidad, sobre todo aquellas que requieren una mayor capacidad creativa, es necesario desafiar a la herencia genética y crear las condiciones que estimulen la emergencia de los mejores estados de activación mental. Dije bien: “estados de activación mental”, que pueden lograrse de manera deliberada, entrenándolos hasta hacerlos hábitos. Vamos a mencionar algunos de esos estados, específicamente los que favorecen el incremento de la capacidad creativa. Por caso, un estado de “ABSORCIÓN”, nos permite percibir problemas y soluciones que redes neurales preponderante podrían ocultarnos.
Se trata de llevar nuestra mente a estados de frecuencia eléctrica tipo alpha o theta para que las redes más débiles que podrían ocultar soluciones ingeniosas accedan a la consciencia. En la fase REM del descanso es más fácil de alcanzar este estado. Con la meditación también. Con una caminata relajada hay otra opción.
Otro estado mental a activar es el de “CONEXIÓN” o pensamiento divergente, animándonos a conectar redes neurales alejadas con conceptos inconexos aun cuando sugieran el absurdo. Algo de esto practicamos en el “brainstorming” que bien conocemos desde el año 1953. Otros estado de la mente a activar es la “VISUALIZACIÓN”, tanto con la imaginería mental de lo que anticipamos en una acción como con el pensamiento hipotético, en el que anticipamos situaciones no vinculadas a la realidad. Podríamos mencionar también al estado mental de “TRANSFORMACIÓN”, en el que aprovechamos estados anímicos tristes o de angustia para expresarlos en creaciones sorprendentes, y si no lo creemos, interioricémonos de la vida de Van Gogh. Él pudo hacerlo con una vida de sufrimiento. También existe un estado de “RAZONAMIENTO”, por el que efectuamos un análisis lógico y deliberado, paso a paso, de lo que hayamos determinado como la mejor alternativa de solución a un problema. Quizás sea el estado más entrenado que tenemos, aunque no el mejor. Podríamos hablar también de un estado mental de “EVALUACIÓN” en el que analizamos detalladamente las características y el impacto de nuestras decisiones. Finalmente, un estado de “FLUIDEZ” nos asegura esa pasión necesaria para cualquier emprendimiento.
Conocer la importancia de estos estados de activación de la mente y como entrenarlos hasta hacerlos habituales, nos permitirá transformarnos en personas más creativas. ¿Y para que querríamos ser creativos? Para diseñar una nueva táctica de juego, para preparar un entrenamiento deportivo, para decidir que cocinaremos con lo que tenemos, para encontrar diversas soluciones a un problema técnico, para solucionar un problema en una organización humana, para coordinar las múltiples tareas que tenemos por delante cada día, para encontrar una oportunidad de negocio o para el desarrollo de la ciencia. Los seres humanos hemos evolucionado hasta desarrollar áreas corticales encargadas de producir esos estados mentales que he mencionado y erigirnos en los animales más creativos del planeta, sólo hay que aprender a mejorarlos