Fatiga cognitiva, por Marcial Perez y Ramiro Loguercio
La fatiga cognitiva ha sido definida como un estado transitorio de declinación del máximo desempeño ocasionado por prolongados períodos de actividad cognitiva sostenida, reduciendo el estado de alerta, la orientación y el desempeño de la atención ejecutiva.
Esta extenuación en el deporte competitivo de alto rendimiento ocasiona una reducción claramente manifiesta en el desempeño de un deportista. Períodos prolongados de actividad cognitiva inducen fatiga mental, un estado psicobiológico caracterizado por sensación de cansancio y falta de energía. Ya sea por la complejidad o dificultad de una tarea, por interacción de varios elementos a la vez, por afrontar situaciones de demanda emocional y desicional o situaciones desconocidas de estrés alto donde el sujeto expone sus capacidades a los desafíos extremos. Todas estas inducen a fatiga cognitiva o mental. En el cerebro, esta condición se manifiesta por la activación de la corteza insular, área especializada en el dolor físico y emocional.
Muchos estudios han demostrado el impacto negativo de la fatiga mental en las funciones cognitivas y el desempeño de destrezas. Estos trabajos examinaron los efectos de la fatiga mental sobre el desempeño físico, revelando la influencia que tiene la misma en la máxima activación voluntaria de la fuerza, la potencia y en la capacidad de trabajo anaeróbico. Aunque estas investigaciones han identificado el efecto negativo de la fatiga mental en el desempeño en ejercicio continuo, poco se sabe acerca de su impacto en el desempeño físico en deportes de conjunto que requieren desplazamientos intermitentes y una elevada demanda cognitiva durante todo su desarrollo. Hasta aquí nunca se había investigado el efecto de la fatiga mental sobre la técnica y la táctica. En todo caso, Duncan et al ya habían reportado una influencia negativa sobre las destrezas perceptuales y motoras de los atletas.
En un estudio recientemente publicado, liderado por el investigador Samuele Márcora, efectuado sobre jugadores de fútbol usando el yo-yo test, el Loughborough soccer passing (LSPT), el disparo (LSST) y el efecto Stroop, se analizó el impacto de la fatiga cognitiva en los aspectos físicos, técnicos y tácticos, tal como se había planteado en la hipótesis. El test de Stroop se agregó dado que provoca un esfuerzo cognitivo que requiere atención sostenida e inhibición de respuesta y, cuando se realiza durante prolongados períodos, induce fatiga mental. También fueron tenidos en cuenta factores motivacionales que, de acuerdo a la teoría de Brehms, juegan un rol clave en determinar el máximo nivel de esfuerzo que se desea ejercer para realizar exitosamente una tarea particular. Una menor autoestima y las teorías motivacionales basadas en recompensas sugieren que la reducción en motivación puede ser responsables de la merma en el desempeño. Es decir que los resultados no son los mismos si la tarea “debe hacerse” o se “quiere hacer”.
Los estudios de Samuele Márcora y sus colegas han confirmado la merma cognitiva no sólo en aspectos físicos sino también en sobre los técnicos y tácticos. Estos efectos adicionales parecen ser mediados por el efecto negativo de la fatiga mental en la percepción del esfuerzo más que en cambios de factores cardiovasculares, metabólicos y neuromusculares. Cuando la fatiga mental llega, se evidencian más errores en la elección, la exactitud y la velocidad de los pases. Como dice Márcora, “la extenuación es una desconexión con la tarea y no falla en la tarea. Depende del esfuerzo y la motivación potencial”.
Es labor de entrenadores y preparadores fisicos administrar la demanda decisional, cognitiva y emocional de las tareas durante los entrenamientos. Todo ello con el fin de facilitar en los deportistas adaptaciones crecientes a situaciones de estrés competitivo e incrementar asi el rendimiento manifestado en sus prestaciones durante sesiones y competencia oficial. Cuando hablamos de administrar la demanda decisional, cognitiva y emocional hacemos referencia a la elección y organización de las tareas de entrenamiento, y a la manipulacion de reglas o consignas destinadas a provocar tal o cual comportamiento que deseamos sea aprendido.
Manipulamos correctamente las tareas cuando no alteramos las características del juego ni su lógica interna, siendo trascendental para ello el precepto ‘reducir sin empobrecer’ como premisa para que las dimensiones tactica, tecnica, fisica y emocional, y los cuatro momentos del juego (ataque, defensa y ambas transiciones) esten siempre presentes en todo entrenamiento. Comprender este concepto a la hora de diseñar los dispositivos de entrenamiento nos posibilitará representar en las tareas la misma complejidad y problemática que acontece y deseamos sea resuelta durante la competencia pero con un nivel de dificultad menor y asi facilitar los procesos para que los interrogantes presentados puedan ser resueltos y aprendidos con mayor facilidad.
Sugerimos utilizar, para llevar a cabo la propuesta presentada, el concepto de las ‘situaciones simuladoras preferenciales’ acuñado por Seirul.lo que plantea diseñar tareas en donde haya presencia de todas las dimensiones pero dando propensión o preferencia a una por sobre las otras de manera de administrar asi el desgaste logico propiciado en la adquisicion de nuevos conceptos.
Se sugiere entonces a los entrenadores evaluar y organizar las actividades de los dias previos a un encuentro deportivo asegurando que los jugadores no se involucren en tareas nuevas o de solicitacion cognitivo/decisional alta que requieran atención sostenida por 30 minutos o más, dado que puede inducir una fatiga mental preliminar. Como afirma José Mourinho: “Es importante, a medida que nos aproximamos al día del partido, que el entrenamiento vaya disminuyendo en términos de densidad en lo que se dice, por ejemplo, a las exigencias de concentración. La fatiga del sistema nervioso central es decisiva y, cuanto más nos aproximamos a la competición, menos debemos buscar ejercicios exigentes a ese nivel”.
Para entrenar la mitigación de la fatiga cognitiva, existen estrategias tales como la suplementación con cafeína, los mensajes subliminales, la auto inspiración con palabras, el entrenamiento en la fatiga mental con tareas cognitivas bajo elevadas pulsaciones y el entrenamiento en la resistencia al esfuerzo, tal como Alex Hutchinson nos recomienda. La visualización es también de gran ayuda, preparándose mentalmente para el dolor, recordando que se ha entrenado para forzar la superación de desafíos importantes, imaginando escenarios de competencia durante los entrenamientos o bien mientras medita. También es útil recordar los sentimientos de experiencias anteriores y visualizarse superando los obstáculos. Sobreponerse a los entrenamientos extenuantes, dando “un poco más” que lo que se presume se puede dar y ejercicios de meditación a lo largo de al menos 8 semanas pueden ser eficaces aliados en los intentos por extender las capacidades de resistencia cognitiva. Es posible un mejor rendimiento técnico, táctico y físico si sabemos cómo prepararnos para ello. Si “quiere evitar la fatiga”, siga algunos de estos consejos.