LATERALIDAD EN EL DEPORTE, por Marcial Perez
Se denomina lateralidad a un conjunto de predominancias particulares de un lado del cuerpo sobre las del otro lado simétrico a nivel de las manos, pies, ojos y oídos.
Las lateralidades más analizadas, hacen referencia a la relación óculo-manual (ojo dominante - mano dominante) y la óculo-podal (ojo dominante- pie dominante). Aunque debemos también considerar las lateralidades en relación al hombro o cintura (importantes por la preferencia para el lado del giro), y las que se refieren a la pierna dinámica (hábil) y la pierna de fuerza (de apoyo en la mayoría de los casos).
En el deporte, las lateralidades tienen un papel clave para la motricidad y el rendimiento. Conocer las lateralidades específicas de los deportistas contribuye a mejorar los procesos de planificación y abordaje mental para afrontar la competición y el entrenamiento, a gestionar el stress o a elegir una opción táctica o estratégica ante una situación dada.
Es entonces recomendable efectuar estudios de lateralidad en todo el cuerpo. La información puede permitir a los entrenadores deportivos mejorar la orientación y detección de talentos en el deporte, especializándolos en la práctica de ciertos deportes o a posiciones en el campo para las que tendrán más un mayor potencial de desarrollo relacionado con la lateralidad.
Para determinar la lateralidad ocular puede utilizarse el test de sighting o de Zazzo. El procedimiento consiste en poner los brazos extendidos y sujetar una hoja de papel con las dos manos, en el medio de la misma habrá un agujero de un tamaño de 0.5 cm. Enfocar, con los dos ojos abiertos, a través del agujero, como si hubiese una diana, apuntando hacia un objeto a unos metros de distancia. Acercar rápidamente la hoja contra la cara sin quitar el objeto de los ojos. El agujero se acercará sobre el ojo director. Otra posibilidad de realizar el test es, cuando el deportista enfoca un objeto a través del agujero de la hoja de papel, con la cabeza recta y los brazos extendidos, el evaluador, detrás de él, tapa un ojo y después el otro. Le pregunta: ¿Ves el objeto con el ojo derecho tapado? ¿Y con el ojo izquierdo tapado? El deportista sigue viendo el objeto con un ojo y con el otro no. El ojo que nos permite ver el objeto, estando el otro tapado es el ojo director.
En términos neurológicos, podemos concebir la lateralidad como un estadio superior de organización del funcionamiento del sistema nervioso. Los dos hemisferios cerebrales tienen funciones específicas. El hemisferio izquierdo, llamado simbólico, es el controlador de los procesos relacionados con el lenguaje y el procesamiento secuencial de la información. El hemisferio derecho, visual o postural, se encarga de procesar la información corpóreo espacial, trabaja con imágenes visuales y se relaciona con las funciones holísticas. Es muy importante haber desarrollado las vías de conexión interhemisféricas , activando la función del cuerpo calloso. Los dos hemisferios tienen que estar informados de la que hace cada uno para no interferirse en sus funciones, tal como ocurre con los casos de cerebro divididos. En los músicos profesionales se ha encontrado que las diferencias entre la mano dominante y la no dominante son mucho menores, lo que va unido a un mayor número de fibras que unen los dos hemisferios cerebrales.
En el cerebro, el ojo director-dominante informa de cuál es el hemisferio cerebral dominante. Respecto al origen de las lateralidades, hoy es muy aceptada la teoría que propone un desarrollo ontogénico (aprendizaje) funcional más que genético. Dado que se trata de una adaptación, podemos recurrir al concepto de neuroplasticidad, que nos habla de la posibilidad de reordenar aprendizajes, orientados hacia una mejora en las capacidades de las partes no dominantes y mejorar así destrezas en el individuo. La lateralidad cruzada define a las dominancias opuestas entre ojo – mano y ojo pie a diferencia de la homogénea u homónima que corresponde a dominancias de lados coincidentes. Según sean las combinaciones entre ojo, manos, pies y piernas, se dará lugar a diferentes aptitudes diferenciales. Por ejemplo, en el tenis los jugadores con lateralidad óculo – manual homogénea suelen tener como técnica efectiva el revés. Si por el contrario poseen una lateralidad óculo – manual cruzada, tendrán como golpe más efectivo el drive de derecha.
Los movimientos del baloncesto varían mucho según cada movimiento técnico. La mayoría de ellos se efectúan con la mano dominante, que queda hacia atrás, mientras que el pie que pivota es el contralateral. En esta postura el ojo que queda más cerca del objetivo (canasta o jugador a quien pasa la pelota) también es el contralateral. Así que esperamos encontrar un elevado número de jugadores con la lateralidad cruzada, ya que el ojo dominante será el contralateral al de la mano dominante.
Para finalizar es muy importante recalcar que la lateralidad puede disminuirse o acentuarse con el entrenamiento, como habíamos anticipado, gracias a la neuroplasticidad cerebral.