ELEGIR EL APRENDIZAJE, COMO LAS ABEJAS
La manera en que tomamos decisiones los seres humanos, se asemeja a la de las abejas cuando eligen un nuevo nido. Estos animalitos efectúan danzas más animadas y prolongadas en los sitios que eligen, con la intención de reclutar otras compañeras...
En los menos convenientes, la reunión es menor y la población crece más lentamente, con lo que ese sitio va perdiendo probabilidad de ser elegido. Los potenciales nidos con más quorum de abejas definirán el que toda la colonia elija.
Las decisiones que las personas tomamos tienen una semejanza. Siempre elegimos haciendo un balance entre lo favorable y lo desfavorable de algo. Si lo favorable es mayor que lo desfavorable, como el quórum de las abejas frente a uno de los nidos opcionales, decidimos con esa preferencia.
Sopesamos las emociones positivas que producen liberación de dopamina en el núcleo accumbens con emociones negativas ocasionadas por nuestra memoria amigdalina. El balance dictará la dirección de la elección.
El valor de este concepto reside en que si deseamos condicionar de manera emocionalmente favorable un espacio, una actividad o una persona frente a un joven estudiante, debemos considerar acciones que promuevan un acercamiento hacia el objeto de interés, generando una memoria “priming” o anticipada, positiva.
Si creemos que la coerción, las normas o los castigos producirán o estimularán a aprender, estamos ignorando la naturaleza humana de la motivación y de la selección de opciones. El cerebro siempre elige orientada a objetivos, nunca de manera azarosa. Y esos objetivos responden a nuestra naturaleza emocional.
No olvidemos que además vivimos en un mundo que busca atraer a la juventud con propuestas en las que se les da una recompensa y son de fácil y rápido aprendizaje, algo así como un nido con muchas más abejas, lo que constituye una fuerte competencia frente a la elección del ámbito escolar y un aprendizaje más esforzado y de largo aliento.
Debemos entonces renovar las estrategias, las prácticas, las instituciones, la mirada y diseñar un nuevo sistema que sea capaz de convocar al cerebro decisor, para promover una nueva inteligencia colectiva, como las abejas, como los países que crecen.