Pensando en voz alta sobre la Iniciación a los Deportes de Equipo por Alejandro Orbelli
Estos presentan una problemática diferente, más compleja, con mayores exigencias en el plano cognitivo motor y socio motor...
Los deportes de equipo o de conjunto se establecen en un contexto de juego cambiante, en donde el que juega debe hacer un cambio permanente, revelando ello la necesidad de un ajuste de los mecanismos de percepción y de toma de decisiones.
En este tipo de actividades deportivas, la planificación de los movimientos es mucho más compleja ya que se deben ajustar a una situación espacio temporal con mayores variantes, en una relación con el accionar de los otros jugadores, ya sean del propio equipo o del otro.
Como se puede ver es basto el campo de posibilidades al cual se puede recurrir para llevar a cabo esta propuesta, sin dejar de olvidarnos de la idea que el deporte en la escuela es un medio para…. y no un fin en sí mismo.
Para promover la oferta deportiva en el ámbito escolar de deberá a tener en cuenta ciertas consideraciones atendiendo fundamentalmente a:
- Los intereses y posibilidades que nos brinda la escuela.
- Los intereses de los grupos de chicos.
- Las características e idiosincrasia de la localidad o de la región.
Aprender jugando:
La búsqueda de metas educativas, hace que miremos al deporte desde otra perspectiva, que nos olvidemos de su concepción agonística, para centrarnos en otras posibilidades, que le permitan a los chicos vivenciar distintas experiencias de calidad con el objeto de favorecer el desarrollo personal.
Por lo expuesto es necesario determinar las acciones pedagógicas que permitan convertir el deporte en una actividad principalmente educativa.
El aprender jugando no es un mero eslogan, tampoco significa proponer juegos y dejar jugar para que todo aparezca como por arte de magia, esperando que el hecho de participar resuelva todos los problemas y mejore el nivel del juego por sí solo de cada uno de los niños. Es indudable el rol que desempeña el profesor, orientando, guiando, interviniendo en los momentos adecuados, será una tarea fundamental para que el niño lleve adelante el proceso de aprendizaje.
Esta idea se activa a partir de tener en cuenta las aspiraciones, intereses y necesidades de los niños, desechando las teorías del modelo deportivo del adulto en el alto nivel, donde la adquisición de una técnica depurada ha venido y continúa siendo así una marcada tendencia.
La demostración y la repetición constante han sido los métodos más utilizados; es decir una pedagogía directiva y muy a menudo coercitiva, que no ha dejado lugar a la espontaneidad, la improvisación, a la libertad física y lúdica.
Jugando con el otro:
Una de las características principales en este tipo de actividades es la relación de dependencia que existe entre los que conforman un equipo, lo cual es muy importante destacarles a nuestros niños algunas características que debería tener un equipo, y que podríamos resaltar:
- La multiplicidad.
- La simultaneidad en su unidad.
La primera está dada por las diferentes funciones que tienen todos dentro del juego.
Y la segunda hace referencia a que cada uno de los miembros del equipo conozca cuál es su papel dentro del mismo, pero que también tenga que conocer el de los demás.
La estructura funcional de los deportes de equipo puede ser analizada teniendo en cuenta algunos factores que la definen; varios autores han estudiado los componentes comunes a los deportes de equipo y han arribado a la conclusión que existen elementos que se repiten y constituyen la realidad del juego.
Para Domingo Blazquez Sanchez esos principios comunes, son los que conforman la “estructura funcional” del deporte, y que una primera aproximación la constituirá aquella que se centra sobre la noción de ataque y defensa, es decir el carácter de colaboración y oposición, resaltando los componentes tácticos y estratégicos.
Una segunda perspectiva sería la de la comunicación entre los jugadores que participan, creando un lenguaje motor común y específico en cada deporte.
Y una tercera dimensión se ve en la utilización del espacio como una forma de materializar la intencionalidad del juego, atendiendo a una respuesta estratégica.
Y por último, y como común denominador se situaría el reglamento, que constituye el sistema de reglas capaz de regular el funcionamiento del juego.
De esta manera la estructura funcional de los deportes de equipo estaría sentada sobre los principios de:
El espacio: terreno cerrado, en el cual se desarrolla la actividad, limitando a la misma.
La estrategia: tipos de conductas que puede utilizar el niño en cuanto a las diferentes formas de actuar en ataque o defensa.
La comunicación motriz: lenguaje que utilizan los niños para realizar acciones de comunicación o de oposición.
Las limitaciones reglamentarias: que varía de acuerdo a cada actividad deportiva, aunque mantienen características en común.
Teniendo en cuenta estos aspectos, la idea es trabajar el deporte escolar en función de una organización válida para todos los deportes, desde una plataforma sobre la cual cualquier especialidad pueda tomar parte; estableciendo principios de organización transferibles hacia otras actividades.
Las exigencias del deporte en equipo comprometen al que participa. El niño cuando juega se enfrenta a diferentes situaciones, a tres dimensiones, muy importantes para el resultado de la acción del que juega, que se ponen de manifiesto en:
- La amplitud y de la información recibida: percepción.
- El acierto en las respuestas: decisión.
- La autonomía de ese niño (jugador) para tomar una decisión: ejecución.